(+34) 951 769 586
(+34) 609 565 391
malaga@pabletes.com
El ratoncito Pérez era un pequeño ratoncito de ciudad, vivía en un agujerito de la pared de un edificio, el agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no le faltaba la comida, vivía junto a un mercado, donde por las noches cogía todo lo que necesitaba para comer.
Un día el ratoncito Pérez escuchó un gran alboroto en el piso de arriba, y como ratón curioso que era, trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta, allí vio un montón de peines, sillones, cepillos, espejos..., parecía que alguien se iba a instalar allí.
Al día siguiente el ratoncito Pérez volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo, en el piso de arriba habían puesto una peluquería, se llamaba PABLETE´S y no era una peluquería tradicional, era una peluquería infantil, y el ratoncito Pérez saltaba de alegría porque le encantaban los niños, había una zona de juegos para los niños, muchos cuentos, champús y perfumes especiales, e incluso había una pequeña vespa para cortar el pelo a los más pequeños.
A partir de entonces el ratoncito Pérez subía todos los días para mirar todo lo que hacían las peluqueras y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón.
Después practicaba con sus amigos lo que sabía, a su amigo Gus le hizo un corte de pelo y un peinado muy moderno, y a su amiga Perla le hizo una original manicura de fantasía, y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo amigo de las peluqueras y famoso gracias a PABLETE´S, se hizo tan famoso y querido por todo el mundo, que las peluqueras le hicieron una casita y el ratoncito Pérez se fue a vivir a PABLETE´S.
Un día apareció en la peluquería un niño con su mamá, y mientras la peluquera le estaba cortando el pelo, de repente, se le cayó un diente de leche que tenía, entonces la peluquera lo cogió y se lo dio al niño con mucho cariño y le dijo: “toma, guárdalo como si fuera un tesoro, y como todo reluciente tesoro, cuida tus dientes mucho, cepillándolos al levantarte, antes de ir a la cama y después de comer, no comiendo demasiados caramelos y visitando regularmente al dentista”, el ratoncito Pérez observó todo lo que había sucedido y se le ocurrió una idea: “Iré a la casa de ese niño y le cambiaré el diente por una sorpresa”, pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar.
El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño, el niño se había dormido mirando y mirando su diente, y como su gran preciado tesoro que era, lo puso debajo de su almohada. Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al final lo encontró y cambió el diente por un bonito regalo.
A la mañana siguiente el niño vio el regalo y se puso muy contento y se lo contó a todos sus amigos del colegio, y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada, y el ratoncito Pérez de PABLETE´S los recoge y les deja a cambio un bonito regalo.
FIN